Una verdad inexorable del momento: el globo está hoy polarizado. Ante esto, nos queda -contra todo, y sin visos de originalidad- la razón del equilibrio, diría Silvio Rodríguez. No se necesita estar muy informado, preparado, o tener mucho criterio, para elegir cualquiera de los dos bandos, a menos que ya se encuentre posicionado en uno. Aunque en el fondo ninguno de estos dos se encuentren a la altura de sus propios principios, la batalla, cuanto más mediática, se torna más cruenta.
Hitchens reta literalmente a Moore. El autor de A Long Short War: The Postponed Liberation of Iraq reta al director de Fahrenheit 9/11. Christopher Hitchens, en sus propios términos, tiene problemas con la izquierda norteamericana; Michael Moore, por su parte, con Bush y los republicanos. El columnista de Vanity Fair y The Nation ha suscitado con su artículo "Unfairenheit 9/11: The lies of Michael Moore" una polémica de la polémica. Como lugar común, puedo decir que F 9/11 avivó conciencias o despertó suspicacias, según las trincheras ideológicas. Fue entretenimiento adoctrinante y edificante del snob, de la izquierda yuppie norteamericana y, sin duda, de nuestro ya clásico antiyanquismo latinoamericano. Fue un testimonio muy propio del tótem de la democracia entendida y auspiciada por Occidente y la crítica como rasgo esencial de la modernidad. Sin embargo, fue también víctima al ser una versión en los brazos atroces e inmanentes de la posmodernidad.
En otro tiempo, Hitchens despotricó, como muchos, contra Mel Gibson en su afán efectista en la Pasión. Aunado a la orientación política, los cargos contra Michael son también de la misma índole: lo acusa de apelar a la sensiblería hasta rayar en la manipulación fraudulenta. Lo tacha de ignorante y de caer en contradicciones. Lo reta despectivamente a un debate público. Para Hitchens, F 9/11 es un filme tendencioso que se ofrece como la "clave de todas las mitologías". No hay miramientos cuando afirma: "Describir esta película como deshonesta y demagógica sería casi otorgar a estos términos un barniz de respetabilidad." (trad. de Jordi Doce) Iraq, el terrorismo,11 de septiembre, Bush, son los temas claves y son, por supuesto, los temas ya situados en la ambigüedad debido a la polarización. En el intento de hacer un crítica coherente y sistemática, presenta una lista de seis tesis o proposiciones que Fahrenheit 9/11 sostiene acerca de Bin Laden y Afganistán. El resultado es una serie de argumentos más o menos consistentes que pueden (o no) ayudar a definir nuestra posición sobre de la intervención (o invasión) de EUA a Afganistán o a Iraq. Es casi un acto de fe acceder a esta u otra postura. Lo menos peor es siempre la mesura. No recuerdo que haya habido tanta oposición generalizada a una guerra o a un presidente norteamericano. La Bush-fobia se ha desatado como reacción propia de una demonología secular. A Washington habría que hacerle ver el concepto y realidad viviente llamado "comunidad internacional", que la lógica militar no es, ni en mínimo, la panacea a la complejidad de la problemática mundial. Sin embargo, revisando a Christopher Hitchens, sinceramente creo que la verdad en extremo parcial de Michael Moore no puede ser la verdad.