And did you get what
you wanted from this life, even so?
I did.
And what did you want?
To call myself beloved, to feel myself
beloved on the earth.
-R. C.
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Miedo de ver una patrulla policial detenerse frente a la casa.
Miedo de quedarme dormido durante la noche.
Miedo de no poder dormir.
Miedo de que el pasado regrese.
Miedo de que el presente tome vuelo.
Miedo del teléfono que suena en el silencio de la noche muerta.
Miedo a las tormentas eléctricas.
Miedo de la mujer de servicio que tiene una cicatriz en la mejilla.
Miedo a los perros aunque me digan que no muerden.
¡Miedo a la ansiedad!
Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.
Miedo de quedarme sin dinero.
Miedo de tener mucho, aunque sea difícil de creer.
Miedo a los perfiles psicológicos.
Miedo a llegar tarde y de llegar antes que cualquiera.
Miedo a ver la escritura de mis hijos en la cubierta de un sobre.
Miedo a verlos morir antes que yo, y me sienta culpable.
Miedo a tener que vivir con mi madre durante su vejez, y la mía.
Miedo a la confusión.
Miedo a que este día termine con una nota triste.
Miedo a despertarme y ver que te has ido.
Miedo a no amar y miedo a no amar demasiado.
Miedo a que lo que ame sea letal para aquellos que amo.
Miedo a la muerte.
Miedo a vivir demasiado tiempo.
Miedo a la muerte.
Ya dije eso.
Raymond Carver (1939-1988), All of us: the collected poems
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Conozco poco la obra de Carver. Aventurando una descripción, el miedo carvereano, se antoja como clave de una preocupación contemporánea: la construcción de existencia posmoderna mediada por la imagen lacónica, el minimalismo vital, el cliché, angustiante e inquietante. En 1988 Raymond Carver muere de cáncer de pulmón. En sus últimos meses, dice su biógrafo, hablaba de "lo bendito" , de "la gracia", del "misterio". Al preguntársele si era un hombre religioso, contestó que no, pero que tenía que creer en los milagros y la posibilidad de resurrección. Murió casado y feliz.